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Desde: La Botica.com
FUNDANDO SAN CARLOS
A nuestro criterio, la verdadera historia es de quienes la forjan en los hechos. Los historiadores y los narradores de historia, basándose en documentaciones, escriben su visión sobre la misma. De allí es que nacen las controversias sobre fechas y hechos. Si relatáramos un suceso del que fuimos testigos, lo haríamos honestamente, desde nuestra visión objetiva. Si tuviéramos a 10 honestos testigos, habría 10 versiones honestas diferentes. Posiblemente, comparando cada documento habría puntos en común, pero el historiador, rescatará “su visión”, “su conjetura”. De ahí lo sabroso de la historia. Pero éste es otro gran tema a discutir… A fundar San Carlos!!!
San Carlos fue fundada en 1763, con el objetivo de coartar el avance portugués sobre el territorio de la Banda Oriental. Más allá de no tener dudas sobre el año, es incierto el mes de este hecho.
El General y Gobernador español Pedro Ceballos, luego de conquistar Río Grande, empezó a hacer envíos de un gran número de portugueses apresados durante la guerra, para fundar un nuevo pueblo, en el paraje, que según Bauzá: “… desde antes ya había tenido en vista.” Recurriendo a historiadores carolinos como Florencia Fajardo Terán , en la página 16 de su libro Historia de San Carlos pone: "desde Río Grande y con fecha 8 de julio de 1763 Cevallos dispone que se elija por Don Lázaro Mendinueta el lugar de la nueva población que según este oficio debe ser en el territorio demarcado por los arroyos Maldonado Grande y Maldonado Chico…”
A fines de junio de 1763, dice Florencia: “ podemos asegurar que las primeras familias de isleños están en las proximidades de Maldonado. Manuel de Fuentes comunica a Cevallos que ha dado bizcocho a las mujeres y niños y carne a los hombres…” Más adelante encontramos un informe de Mendinueta: "El día 1º de Agosto pasé al Pueblo Nuevo y a todos los moradores les di a cada uno de por si madera para un rancho bueno, los que quedan haciendo..." Es dable sostener, dice Florencia, que el pueblo prácticamente antes del 4 de agosto ha tenido comienzo material. También cita un oficio de Cevallos fechado el 22 de setiembre de 1763 en el campo militar de Santa Teresa y dirigido al Maestre de campo Manuel Domínguez donde expresa: "Señor mío. No pudiendo yo detenerme muchos días en el sitio de la Nueva Población”. Y más adelante relata: "el 12 de octubre del año 63, cuando Cevallos abandona la región en marcha hacia la Colonia del Sacramento, la Villa de San Carlos está parcialmente en pie.
Otro documento es una solicitud de campo de Josefa Mariana de la Luz ,azoriana proveniente de Rio Grande y fechada en 1763: "Sr Comandante: Josefa Mariana de la Luz, viuda del difunto Manuel Correa, con la mayor veneración... necesita para su ganado un rincón que forma el arroyo Maldonado Chico por arriba de donde vive el Teniente Don Joaquín Morote, formado también por otro arroyo que viene de la sierra a juntarse en dicho Maldonado Chico, bien entendido que éste terreno le ha de servir para un hijo casado que tiene tres hijas casaderas...Villa de San Carlos, diciembre 9 de 1763."
Fue la primer Villa del Interior del Uruguay, fundada por Don Pedro de Cevallos. Su nombre proviene del Rey de España Carlos III de Borbón. San Carlos, el más importante baluarte defensor de la región del este oriental, fue el único pueblo del mundo fundado por nativos de las Islas Azores. Fue la única población del río de la Plata “que no pudieron conquistar” los ingleses en sus invasiones, siendo rechazados en el histórico Combate del 7 de noviembre de 1806.
Acá encontramos versiones que redactan algunas controversias respecto a como ocurrieron los hechos. En el diario del cura párroco de la villa de San Carlos, Manuel de Amenedo Montenegro, se documenta que las tropas inglesas ingresaron en San Carlos repetidas veces para proveerse de vacunos, harina y trigo y que anunciaron que los pagarían a "su justo precio" .
Asimismo consta que en una de sus entradas en la villa y estando en ella, el 7 de noviembre de 1806 los ingleses fueron atacados por una partida de españoles procedentes de Montevideo que cruzaron el arroyo e intentaron desalojarlos. Lo cierto es que en la oportunidad las tropas inglesas situadas en la loma y con la ventaja de la altura rechazaron en una primer instancia el ataque de una partida de caballe- ría española comandada por Agustín Abreu, quien murió en el intento.
Que los ingleses hayan “entrado” a San Carlos encontrando heroica resistencia es un hecho viable. Es claro que no tomaron posesión de la Villa como lo hicieron con Maldonado.
El batallar en esos días es constante y encontramos este relato de un viajero que cuenta, que el día 29 de octubre de 1806, cuando los ingleses asaltaron y saquearon a Maldonado: En ese entonces figuraba un portugués N. Cardoso, como comandante en San Carlos; relata que los habitantes aterrorizados, huyeron en su mayor parte dejando abandonadas sus casas y sus pocas pertenencias, por temor que se hiciera otro tanto allí. Más no pasó de susto. Al día siguiente el nuevo gobierno establecido en la ciudad vecina, le enviaba a Cardoso un oficio, haciéndole entender que tenía dos mil hombres para tomar el pueblo, sino daba la obediencia al Rey de la Gran Bretaña.
Ante tal amenaza se le respondió enseguida que se acataría dicho mandato, pero pidiendo se les permitiera el culto libre de su religión y que no se les perjudicara en modo alguno en la posesión de sus bienes a las familias.
Se podría imaginar que el “desparramo” fue grande… Luego de tranquilizados los ánimos, la población empezaba a regresar a sus hogares, con la sorpresa que al otro día en la tarde, se presenta una columna de infantería bien armados, con dos piezas de campaña, sus tambores y el pabellón inglés.
Cardoso entregó su bastón de mando al que hacía de jefe y después de pasearse la tropa por todos lados, le fue devuelto con la indicación de que continuase en su puesto bajo las órdenes del general en jefe establecido en Maldonado. De las inmediaciones, se apropiaron de algunas vacas y caballos mansos que “pidieron de favor”. Transcurridos tres días, desde Maldonado se pedía que los vecinos de San Carlos les llevaran trigo, harina y ganados que serían pagados a su justo precio, pero que si no lo hacían así, se les obligaría por la fuerza. La “caballerosidad inglesa” de la época deja mucho que desear en estos sucesos...
Cuenta Bauzá que solamente Sobremonte, al ser informado del asalto, de acuerdo con Ruiz Huidobro, organizaron un cuerpo de tropas al mando del teniente de fragata don Agustín Abreu, quien tenían la intención de batirles.
Se sabía la escasez de víveres en el campo inglés y se sospechaba de que se aventurarían en busca de ellos. Por tales motivos, un destacamento de 1.000 infantes y 200 hombres de caballería inglesa habían salido días atrás de Maldonado con rumbo al Sauce. No hallando en aquella dirección todo lo que deseaban, enderezaron sus marchas hacia el pueblo de San Carlos, y al que también se encaminaban las “tropas del país” en cumplimiento de su misión. Estas consistían en 100 dragones, 100 voluntarios de la frontera de Córdoba, un escuadrón de voluntarios de Montevideo y 85 más capitaneados por Bernardo Suárez que se les incorporaron en el camino.
El 6 de noviembre se presentó Abreu a inmediaciones de San Carlos (en la loma de Ortiz), donde el enemigo esperó el ataque poniendo su caballería a vanguardia. Abreu destrozó a ésta, precipitándose sobre la infantería que la apoyaba. El combate se trabó a bayoneta entre los voluntarios de a pie y los ingleses.
En el fragor de la lucha cayó mortalmente herido Abreu y toma el mando el Capitán de Dragones José Martínez quién corre igual suerte.
La “fuerza inglesa” tocó retirada, volviendo a resguardo dentro de la ciudad de Maldonado.
En reemplazo de Abreu y Martínez fue investido con el mando, el teniente coronel José Moreno, quien inmediatamente puso por obra el sitiar la plaza donde hallábase las tropas comandadas por Sir Home Riggs Popham.
Por lo tanto, podemos reafirmar que San Carlos no cayó en manos de sus invasores de turno. Que resistió los embates del enemigo inglés con valentía y arrojo. Obligó a éstos secuaces a mantenerse alejados de la villa en constante vigilia por el tiempo que estuvo ocupada Maldonado conformándose en bastión estratégico en la defensa de la región.
Carlos Seijo, historiador carolino, sitúa este combate en las inmediaciones de lo que hoy es la intersección de las calles Tomás Berreta y Avda. Alvariza.
Más tarde, cuando sobrevino el período de la independencia, los carolinos, como buenos patriotas supieron luchar con heroísmo en aquellas jornadas redentoras, distinguiéndose siempre por su arrojo y valentía.
En cuanto a la evolución de la población encontramos estos apuntes: "Por entonces se reunieron unas cien familias... para la formación de este Pueblo; mas obtenido de allí a poco permiso de la piedad del Rey, se volvieron muchas a su Patria y finalmente se acabaron de retirar las otras en la última pérdida de Río Grande; de suerte que San Carlos en el día se halla casi despoblado. (Año 1784). Con todo conservan siempre algunos habitantes, en número quedó más de 150 a 200 personas, entre Españoles y Portugueses... dirigidos asimismo de su Cura de almas en el gobierno Espiritual, y en el Militar y Político por una Capitán de Dragones".
Según Bauzá en 1800 tenía 400 habitantes, padrón de 1810 ; 539 habitantes; padrón de 1820 tenía 1.763 habitantes; 1826: 4.028 habitantes, 1836: 3.756 habitantes, 1908: 5.014 habitantes.
En Marzo de 1930, San Carlos es incluida en la categoría de ciudad.
Aquí dejamos trozos de hechos históricos que forjaron con su aporte la real Independencia Nacional. Es de orden y que se sepa que la historia de San Carlos la forjan sus hijos heroicamente y la seguimos haciendo humildemente los carolinos.
El Gordo Lanota
Fuentes: Boletín Histórico del Ejército Nos. 255-258 - Wikipedia . Historia Fernandina - Carlos Seijo-Retazos de historia de Abellán- Centro Historiadores de San Carlos- Historia de San Carlos Florencia Fajardo Terán.- Caborterismo Carolino - Historia de la dominación española en el Uruguay Bauzá- Jeannette Píriz
A nuestro criterio, la verdadera historia es de quienes la forjan en los hechos. Los historiadores y los narradores de historia, basándose en documentaciones, escriben su visión sobre la misma. De allí es que nacen las controversias sobre fechas y hechos. Si relatáramos un suceso del que fuimos testigos, lo haríamos honestamente, desde nuestra visión objetiva. Si tuviéramos a 10 honestos testigos, habría 10 versiones honestas diferentes. Posiblemente, comparando cada documento habría puntos en común, pero el historiador, rescatará “su visión”, “su conjetura”. De ahí lo sabroso de la historia. Pero éste es otro gran tema a discutir… A fundar San Carlos!!!
San Carlos fue fundada en 1763, con el objetivo de coartar el avance portugués sobre el territorio de la Banda Oriental. Más allá de no tener dudas sobre el año, es incierto el mes de este hecho.
El General y Gobernador español Pedro Ceballos, luego de conquistar Río Grande, empezó a hacer envíos de un gran número de portugueses apresados durante la guerra, para fundar un nuevo pueblo, en el paraje, que según Bauzá: “… desde antes ya había tenido en vista.” Recurriendo a historiadores carolinos como Florencia Fajardo Terán , en la página 16 de su libro Historia de San Carlos pone: "desde Río Grande y con fecha 8 de julio de 1763 Cevallos dispone que se elija por Don Lázaro Mendinueta el lugar de la nueva población que según este oficio debe ser en el territorio demarcado por los arroyos Maldonado Grande y Maldonado Chico…”
A fines de junio de 1763, dice Florencia: “ podemos asegurar que las primeras familias de isleños están en las proximidades de Maldonado. Manuel de Fuentes comunica a Cevallos que ha dado bizcocho a las mujeres y niños y carne a los hombres…” Más adelante encontramos un informe de Mendinueta: "El día 1º de Agosto pasé al Pueblo Nuevo y a todos los moradores les di a cada uno de por si madera para un rancho bueno, los que quedan haciendo..." Es dable sostener, dice Florencia, que el pueblo prácticamente antes del 4 de agosto ha tenido comienzo material. También cita un oficio de Cevallos fechado el 22 de setiembre de 1763 en el campo militar de Santa Teresa y dirigido al Maestre de campo Manuel Domínguez donde expresa: "Señor mío. No pudiendo yo detenerme muchos días en el sitio de la Nueva Población”. Y más adelante relata: "el 12 de octubre del año 63, cuando Cevallos abandona la región en marcha hacia la Colonia del Sacramento, la Villa de San Carlos está parcialmente en pie.
Otro documento es una solicitud de campo de Josefa Mariana de la Luz ,azoriana proveniente de Rio Grande y fechada en 1763: "Sr Comandante: Josefa Mariana de la Luz, viuda del difunto Manuel Correa, con la mayor veneración... necesita para su ganado un rincón que forma el arroyo Maldonado Chico por arriba de donde vive el Teniente Don Joaquín Morote, formado también por otro arroyo que viene de la sierra a juntarse en dicho Maldonado Chico, bien entendido que éste terreno le ha de servir para un hijo casado que tiene tres hijas casaderas...Villa de San Carlos, diciembre 9 de 1763."
Fue la primer Villa del Interior del Uruguay, fundada por Don Pedro de Cevallos. Su nombre proviene del Rey de España Carlos III de Borbón. San Carlos, el más importante baluarte defensor de la región del este oriental, fue el único pueblo del mundo fundado por nativos de las Islas Azores. Fue la única población del río de la Plata “que no pudieron conquistar” los ingleses en sus invasiones, siendo rechazados en el histórico Combate del 7 de noviembre de 1806.
Acá encontramos versiones que redactan algunas controversias respecto a como ocurrieron los hechos. En el diario del cura párroco de la villa de San Carlos, Manuel de Amenedo Montenegro, se documenta que las tropas inglesas ingresaron en San Carlos repetidas veces para proveerse de vacunos, harina y trigo y que anunciaron que los pagarían a "su justo precio" .
Asimismo consta que en una de sus entradas en la villa y estando en ella, el 7 de noviembre de 1806 los ingleses fueron atacados por una partida de españoles procedentes de Montevideo que cruzaron el arroyo e intentaron desalojarlos. Lo cierto es que en la oportunidad las tropas inglesas situadas en la loma y con la ventaja de la altura rechazaron en una primer instancia el ataque de una partida de caballe- ría española comandada por Agustín Abreu, quien murió en el intento.
Que los ingleses hayan “entrado” a San Carlos encontrando heroica resistencia es un hecho viable. Es claro que no tomaron posesión de la Villa como lo hicieron con Maldonado.
El batallar en esos días es constante y encontramos este relato de un viajero que cuenta, que el día 29 de octubre de 1806, cuando los ingleses asaltaron y saquearon a Maldonado: En ese entonces figuraba un portugués N. Cardoso, como comandante en San Carlos; relata que los habitantes aterrorizados, huyeron en su mayor parte dejando abandonadas sus casas y sus pocas pertenencias, por temor que se hiciera otro tanto allí. Más no pasó de susto. Al día siguiente el nuevo gobierno establecido en la ciudad vecina, le enviaba a Cardoso un oficio, haciéndole entender que tenía dos mil hombres para tomar el pueblo, sino daba la obediencia al Rey de la Gran Bretaña.
Ante tal amenaza se le respondió enseguida que se acataría dicho mandato, pero pidiendo se les permitiera el culto libre de su religión y que no se les perjudicara en modo alguno en la posesión de sus bienes a las familias.
Se podría imaginar que el “desparramo” fue grande… Luego de tranquilizados los ánimos, la población empezaba a regresar a sus hogares, con la sorpresa que al otro día en la tarde, se presenta una columna de infantería bien armados, con dos piezas de campaña, sus tambores y el pabellón inglés.
Cardoso entregó su bastón de mando al que hacía de jefe y después de pasearse la tropa por todos lados, le fue devuelto con la indicación de que continuase en su puesto bajo las órdenes del general en jefe establecido en Maldonado. De las inmediaciones, se apropiaron de algunas vacas y caballos mansos que “pidieron de favor”. Transcurridos tres días, desde Maldonado se pedía que los vecinos de San Carlos les llevaran trigo, harina y ganados que serían pagados a su justo precio, pero que si no lo hacían así, se les obligaría por la fuerza. La “caballerosidad inglesa” de la época deja mucho que desear en estos sucesos...
Cuenta Bauzá que solamente Sobremonte, al ser informado del asalto, de acuerdo con Ruiz Huidobro, organizaron un cuerpo de tropas al mando del teniente de fragata don Agustín Abreu, quien tenían la intención de batirles.
Se sabía la escasez de víveres en el campo inglés y se sospechaba de que se aventurarían en busca de ellos. Por tales motivos, un destacamento de 1.000 infantes y 200 hombres de caballería inglesa habían salido días atrás de Maldonado con rumbo al Sauce. No hallando en aquella dirección todo lo que deseaban, enderezaron sus marchas hacia el pueblo de San Carlos, y al que también se encaminaban las “tropas del país” en cumplimiento de su misión. Estas consistían en 100 dragones, 100 voluntarios de la frontera de Córdoba, un escuadrón de voluntarios de Montevideo y 85 más capitaneados por Bernardo Suárez que se les incorporaron en el camino.
El 6 de noviembre se presentó Abreu a inmediaciones de San Carlos (en la loma de Ortiz), donde el enemigo esperó el ataque poniendo su caballería a vanguardia. Abreu destrozó a ésta, precipitándose sobre la infantería que la apoyaba. El combate se trabó a bayoneta entre los voluntarios de a pie y los ingleses.
En el fragor de la lucha cayó mortalmente herido Abreu y toma el mando el Capitán de Dragones José Martínez quién corre igual suerte.
La “fuerza inglesa” tocó retirada, volviendo a resguardo dentro de la ciudad de Maldonado.
En reemplazo de Abreu y Martínez fue investido con el mando, el teniente coronel José Moreno, quien inmediatamente puso por obra el sitiar la plaza donde hallábase las tropas comandadas por Sir Home Riggs Popham.
Por lo tanto, podemos reafirmar que San Carlos no cayó en manos de sus invasores de turno. Que resistió los embates del enemigo inglés con valentía y arrojo. Obligó a éstos secuaces a mantenerse alejados de la villa en constante vigilia por el tiempo que estuvo ocupada Maldonado conformándose en bastión estratégico en la defensa de la región.
Carlos Seijo, historiador carolino, sitúa este combate en las inmediaciones de lo que hoy es la intersección de las calles Tomás Berreta y Avda. Alvariza.
Más tarde, cuando sobrevino el período de la independencia, los carolinos, como buenos patriotas supieron luchar con heroísmo en aquellas jornadas redentoras, distinguiéndose siempre por su arrojo y valentía.
En cuanto a la evolución de la población encontramos estos apuntes: "Por entonces se reunieron unas cien familias... para la formación de este Pueblo; mas obtenido de allí a poco permiso de la piedad del Rey, se volvieron muchas a su Patria y finalmente se acabaron de retirar las otras en la última pérdida de Río Grande; de suerte que San Carlos en el día se halla casi despoblado. (Año 1784). Con todo conservan siempre algunos habitantes, en número quedó más de 150 a 200 personas, entre Españoles y Portugueses... dirigidos asimismo de su Cura de almas en el gobierno Espiritual, y en el Militar y Político por una Capitán de Dragones".
Según Bauzá en 1800 tenía 400 habitantes, padrón de 1810 ; 539 habitantes; padrón de 1820 tenía 1.763 habitantes; 1826: 4.028 habitantes, 1836: 3.756 habitantes, 1908: 5.014 habitantes.
En Marzo de 1930, San Carlos es incluida en la categoría de ciudad.
Aquí dejamos trozos de hechos históricos que forjaron con su aporte la real Independencia Nacional. Es de orden y que se sepa que la historia de San Carlos la forjan sus hijos heroicamente y la seguimos haciendo humildemente los carolinos.
El Gordo Lanota
Fuentes: Boletín Histórico del Ejército Nos. 255-258 - Wikipedia . Historia Fernandina - Carlos Seijo-Retazos de historia de Abellán- Centro Historiadores de San Carlos- Historia de San Carlos Florencia Fajardo Terán.- Caborterismo Carolino - Historia de la dominación española en el Uruguay Bauzá- Jeannette Píriz