- Inicio
- Personajes Carolinos
- Artistas Plásticos
- Poetas y escritores
- Música y vídeos sobre San Carlos
- Un día como hoy en San Carlos
- Himno a San Carlos
- Otros Personajes Ilustres
- Otros personajes...
- Florencia Fajardo Terán
- Monumentos Históricos
- Enlaces
- Mujeres carolinas destacadas
- El Ocio en la Sociedad Carolina
- Clubes de Fútbol
- Nomenclator
- Hermanamiento Venado Tuerto
- Cayetano Silva un viaje a la vergüenza
El Loco Julián:
Todas las ciudades tienen personajes; hombres y mujeres que por su forma de ser o locura o en algunos casos ambas tienen un brillo diferente por haberse ganado el afecto de la gente con humildad, sencillez y cariño.
Leoncio Suárez Guerra y Filomena Bello García matrimonio de posición media-alta tuvieron un hijo de los ocho hermanos Brenda, Sixta, Eugenio, Constancio, 'Nene', Victorio y Ricardo él resalto sobre todos. Cuentan que su locura comenzó desde pequeño en algún lugar de una ciudad de la coordenada este, un niño de apenas siete u ocho cometía una picardía de esa de 'Guris chico' robando frutas de un apetitoso manzano de una escuela, hasta que en un desfortunio alguien, de seguro el cuidador de la misma soltó los perros dándole un susto que condicionaría su conducta para siempre.
Pero esto no es lo que más reside en la memoria de la gente sino sus andanzas de adulto su lento caminar, su simpatía, ¡su gran facilidad de acierto en la Quiniela! aunque muchos dicen que eran tantos los que le preguntaban y el tanto los números que daba que de ahí aprecia su fantástica facilidad de acierto, pero todos saben que su número favorito era el dieciocho.
Una de las anécdotas que mas escuche fue en la cual iba siempre a pedir una cebadura de yerba a la casa del 'quitito' y el con gran amabilidad y cariño se la cedía, hasta que llegó el día que 'quitito' se quedó sin trabajo y en el momento que le mango la yerba tuvo que decir.
Esta vez no puedo, estoy mal, no tengo yerba ni para mi, quede sin trabajo.
No se cuales habrán sido los sentimos de aquel personaje en ese momento, ni los pensamientos que le hayan cruzado por la cabeza pero si los resultados
Un rato después apareció con un montón de comestibles para el amigo que tanto tiempo le había dado el mate de la tarde. Cuanta humildad, bondad, caridad y belleza nos da ese gesto.
Pa’ si eso es locura cuanta locura faltaría en estos tiempos.
Ya a pasado muchísimo tiempo de aquella anécdota y tantas otras que algún día alguien me contará; pero cuando pregunten por Julián 'EL LOCO JULIÁN' ¡pregunten! como era les dirán dibujando una sonrisa y una mirada de cariño, humildad, y bondad como la que el llevaba cabizbaja.
Andaba con el mate a cuestas siempre mangando un pedazo de pan y la yerba para que nunca faltara el mate, recorría la ciudad siempre parando cerca de la sede de Nacional para mirar 'los números' acompañado de un perrito, que por curiosidad les tenia pánico, excepto a ese.
Hoy yo pienso mirando una foto de él con su imagen poco cuidada y sus pantalones cayéndose de seguro por falta de un cinturón, iría iluminado por la mirada de la gente sus vecinos y conocidos que decían o pensaban 'ahí va el loco Julián'.
Bueno esta historia no es ficticia y habla del hijo de alguien que dijo mi papá que éramos parientes lejanos, tan lejanos que yo no me acuerdo de su rostro más que de su leve sonrisa.
'LuI'
Coordenada Portal
Texto tomado de: http://www.coordenadaeste.com.uy/
Leoncio Suárez Guerra y Filomena Bello García matrimonio de posición media-alta tuvieron un hijo de los ocho hermanos Brenda, Sixta, Eugenio, Constancio, 'Nene', Victorio y Ricardo él resalto sobre todos. Cuentan que su locura comenzó desde pequeño en algún lugar de una ciudad de la coordenada este, un niño de apenas siete u ocho cometía una picardía de esa de 'Guris chico' robando frutas de un apetitoso manzano de una escuela, hasta que en un desfortunio alguien, de seguro el cuidador de la misma soltó los perros dándole un susto que condicionaría su conducta para siempre.
Pero esto no es lo que más reside en la memoria de la gente sino sus andanzas de adulto su lento caminar, su simpatía, ¡su gran facilidad de acierto en la Quiniela! aunque muchos dicen que eran tantos los que le preguntaban y el tanto los números que daba que de ahí aprecia su fantástica facilidad de acierto, pero todos saben que su número favorito era el dieciocho.
Una de las anécdotas que mas escuche fue en la cual iba siempre a pedir una cebadura de yerba a la casa del 'quitito' y el con gran amabilidad y cariño se la cedía, hasta que llegó el día que 'quitito' se quedó sin trabajo y en el momento que le mango la yerba tuvo que decir.
Esta vez no puedo, estoy mal, no tengo yerba ni para mi, quede sin trabajo.
No se cuales habrán sido los sentimos de aquel personaje en ese momento, ni los pensamientos que le hayan cruzado por la cabeza pero si los resultados
Un rato después apareció con un montón de comestibles para el amigo que tanto tiempo le había dado el mate de la tarde. Cuanta humildad, bondad, caridad y belleza nos da ese gesto.
Pa’ si eso es locura cuanta locura faltaría en estos tiempos.
Ya a pasado muchísimo tiempo de aquella anécdota y tantas otras que algún día alguien me contará; pero cuando pregunten por Julián 'EL LOCO JULIÁN' ¡pregunten! como era les dirán dibujando una sonrisa y una mirada de cariño, humildad, y bondad como la que el llevaba cabizbaja.
Andaba con el mate a cuestas siempre mangando un pedazo de pan y la yerba para que nunca faltara el mate, recorría la ciudad siempre parando cerca de la sede de Nacional para mirar 'los números' acompañado de un perrito, que por curiosidad les tenia pánico, excepto a ese.
Hoy yo pienso mirando una foto de él con su imagen poco cuidada y sus pantalones cayéndose de seguro por falta de un cinturón, iría iluminado por la mirada de la gente sus vecinos y conocidos que decían o pensaban 'ahí va el loco Julián'.
Bueno esta historia no es ficticia y habla del hijo de alguien que dijo mi papá que éramos parientes lejanos, tan lejanos que yo no me acuerdo de su rostro más que de su leve sonrisa.
'LuI'
Coordenada Portal
Texto tomado de: http://www.coordenadaeste.com.uy/
Anecdotario de Julián:
Julián en el Recuerdo
Conocí a Julián desde muy niña. En aquel entonces era joven; de cabellos muy rubios casi dorados, de ojos muy azules.
Él vivía a una cuadra y media de la casa de mi abuelo Antolín. Lo veíamos pasar todas las tardes por nuestra calle Of. 3 entre Rincón y Fajardo. Andaba con una azada al hombro y una caldera negra de lata en la mano. Él se ofrecía para carpir sitios o veredas. Mi abuelo lo llamaba y le preguntaba, - hoy quieres carpir la vereda? Y el respondía - ¡Sí! Por 2 pesos y yerba para el mate…
Cuando decía que no: - Hoy no! Julián anda loco!. Y se pegaba en la cabeza con ambas manos. Cuando en alguna casa había un perro, él no entraba porque les tenía mucho miedo; decían que Julián quedó loco por culpa de los perros; por que siendo niño, sacó unas naranjas de una quinta y el dueño les echó los animales… Desde ese momento, parece que quedó loco. Mi tía Quica un día le da una torta frita y le dice - Gracias…. Se va arrastrando sus viejas zapatillas negras. Cada vez que pasaba por casa preguntaba: - Hoy no esta la rubia de ojos azules?, y le contestábamos que no; ella vivía un poco más allá pero cuando la veía vestida de enfermera salía disparando. Fueron tantos los años que vi pasar a Julián por mi Barrio que cuando no aparecía lo extrañábamos. El tiempo fue pasando y con ellos los recuerdos. En aquellos años yo daba clase de piano y acordeón de la mañana a la noche. Él pasaba y me decía: - No hay un tango para Julián?, y se reía - Ja, ja ,ja ja!, cuando sentía la música. Siempre le regalaba una Coca Cola y un refuerzo de mortadela. Eso pasaba casi todos los días cuando lo veía en el almacén de Alegre. Cuando me mudé del barrio, vine para la calle Sarandí y Ejido y no lo volví a ver. Él hacía su recorrido por las “calles de la cuchilla”. Con los años, lo vi pasar por mi casa. Se para… me mira mucho…. Me reconoce y se ríe y me dice: - Ya no toca más un tango para Julián?... Ese día le compré la dichosa Coca Cola y le volví a tocar el tango. Se fue feliz por el medio de la calle con el termo y el mate en el bolsillo. Me dio las gracias diciendo - Hoy a la cabeza sale el 48 y el 03 a los diez… Esos son los recuerdos que me quedaron de Julián.
A diez años de su muerte expreso esto que escribí con mucho cariño.
Shirley Parada Nuñez
http://labotica.blogcindario.com/
Conocí a Julián desde muy niña. En aquel entonces era joven; de cabellos muy rubios casi dorados, de ojos muy azules.
Él vivía a una cuadra y media de la casa de mi abuelo Antolín. Lo veíamos pasar todas las tardes por nuestra calle Of. 3 entre Rincón y Fajardo. Andaba con una azada al hombro y una caldera negra de lata en la mano. Él se ofrecía para carpir sitios o veredas. Mi abuelo lo llamaba y le preguntaba, - hoy quieres carpir la vereda? Y el respondía - ¡Sí! Por 2 pesos y yerba para el mate…
Cuando decía que no: - Hoy no! Julián anda loco!. Y se pegaba en la cabeza con ambas manos. Cuando en alguna casa había un perro, él no entraba porque les tenía mucho miedo; decían que Julián quedó loco por culpa de los perros; por que siendo niño, sacó unas naranjas de una quinta y el dueño les echó los animales… Desde ese momento, parece que quedó loco. Mi tía Quica un día le da una torta frita y le dice - Gracias…. Se va arrastrando sus viejas zapatillas negras. Cada vez que pasaba por casa preguntaba: - Hoy no esta la rubia de ojos azules?, y le contestábamos que no; ella vivía un poco más allá pero cuando la veía vestida de enfermera salía disparando. Fueron tantos los años que vi pasar a Julián por mi Barrio que cuando no aparecía lo extrañábamos. El tiempo fue pasando y con ellos los recuerdos. En aquellos años yo daba clase de piano y acordeón de la mañana a la noche. Él pasaba y me decía: - No hay un tango para Julián?, y se reía - Ja, ja ,ja ja!, cuando sentía la música. Siempre le regalaba una Coca Cola y un refuerzo de mortadela. Eso pasaba casi todos los días cuando lo veía en el almacén de Alegre. Cuando me mudé del barrio, vine para la calle Sarandí y Ejido y no lo volví a ver. Él hacía su recorrido por las “calles de la cuchilla”. Con los años, lo vi pasar por mi casa. Se para… me mira mucho…. Me reconoce y se ríe y me dice: - Ya no toca más un tango para Julián?... Ese día le compré la dichosa Coca Cola y le volví a tocar el tango. Se fue feliz por el medio de la calle con el termo y el mate en el bolsillo. Me dio las gracias diciendo - Hoy a la cabeza sale el 48 y el 03 a los diez… Esos son los recuerdos que me quedaron de Julián.
A diez años de su muerte expreso esto que escribí con mucho cariño.
Shirley Parada Nuñez
http://labotica.blogcindario.com/
Aníbal Roberto Sosa Martínez
UN RECUERDO PARA JULIÁN
Con respeto y en la cordura de la locura alguna vez hubo un hombre que transitó por las calles de nuestra ciudad 70 años. Su nombre Justo Suarez. Tal vez no se identifique así, pues su nombre de “pila” en nuestras memorias fue Julián. Y al nombrarlo se dibuja en la retina una figura desgarbada y libre, vivaz, ingeniosa y amable. Oriundo de José Ignacio, nacido un 28 de enero de 1919 deja en esta ciudad un trozo de historia. Parece que una travesura de gurí, llevó a una mala reacción del propietario de una finca. Esté hecho marcaría un destino en la personalidad de nuestro Julián. Lo cierto es que San Carlos se enriqueció una vez más creciendo en dignidad de un ser humano pleno de vida, de alegría espontánea, de benditas y afortunadas “locuras” . Regalando ternura a cambio de yerba, asiendo la bandera de los humildes y ricos de espíritu dejo plasmada la imagen del ejemplo digno de un caballero andante sin Rocinantes ni Sanchos. Sin armadura más que la sonrisa, y la cordura de una realidad incierta. El dinero, lejos estaba de su usanza. Si era aceptado había que explicarle para que era - “Julián plata no quiere!” era su respuesta a la caridad de algún donante. El reposaba en la mano del amparo del alma extraña que invita con la sinceridad de abrir su puerta. Julián repartía cábalas a cambio de nada. Las puertas de las casas y de los bares de la cuchilla albergaban el sueño del silencio entrecortado por ágiles palabras., por brincos y corridas espontaneas…
Me cuentan que se paraba en la carnicería de la hoy Tomás Berreta y Ceberio, y comenzaba en la puerta a dar vueltas… De repente un monólogo fantasmagórico comenzaba.:
-Sabes bien Julián que todos los días don Pedro no te puede dar carne… No debes molestar … Pero de repente… Tal vez tenga algo… Y esta lluvia que no para…
Iba de un lado a otro mientras el carnicero lo miraba paciente.
-Joaquín, ven y pasa que tengo algo para ti
-Buen día don Pedro, que precisaba?
-Nada, solo que te lleves este pedazo de asado para el almuerzo…
-358 don Pedro, no se olvide, sale hoy!
Y así transcurrían los días cuerdos y locos pues a mi juicio, nadie está capacitado para ejercer el juicio del límite de la locura. Todos tenemos algo del “loco” Julián y del “cuerdo” Julián.
Hace unos días fui al cementerio, busque la tumba Nº350 y deposité mi flor ante una placa que lo recuerda. Hacemos acuerdo a las autoridades, que la junta de vecinos del barrio La Cuchilla, solicitó en el 2000, el nombre de una calle a nuestro querido Julián. La Junta respondió, que según el decreto Nº 3444, art 5to., deberían de pasar 10 años para que esto se pudiera plasmar. En el mes venidero, en mayo de 2010, se cumple el plazo establecido por las normas. Apelamos desde este rincón que se cumpla lo que moralmente es ineludible. Justo Suarez debe figurar en la nomenclatura de este San Carlos. Sin anteponer el valor y aporte de otros carolinos , gritamos fuerte desde este lugar: QUE SE HAGA JUSTICIA!!!
He dicho
16 de mayo de 2010 a la(s) 16:56
UN RECUERDO PARA JULIÁN
Con respeto y en la cordura de la locura alguna vez hubo un hombre que transitó por las calles de nuestra ciudad 70 años. Su nombre Justo Suarez. Tal vez no se identifique así, pues su nombre de “pila” en nuestras memorias fue Julián. Y al nombrarlo se dibuja en la retina una figura desgarbada y libre, vivaz, ingeniosa y amable. Oriundo de José Ignacio, nacido un 28 de enero de 1919 deja en esta ciudad un trozo de historia. Parece que una travesura de gurí, llevó a una mala reacción del propietario de una finca. Esté hecho marcaría un destino en la personalidad de nuestro Julián. Lo cierto es que San Carlos se enriqueció una vez más creciendo en dignidad de un ser humano pleno de vida, de alegría espontánea, de benditas y afortunadas “locuras” . Regalando ternura a cambio de yerba, asiendo la bandera de los humildes y ricos de espíritu dejo plasmada la imagen del ejemplo digno de un caballero andante sin Rocinantes ni Sanchos. Sin armadura más que la sonrisa, y la cordura de una realidad incierta. El dinero, lejos estaba de su usanza. Si era aceptado había que explicarle para que era - “Julián plata no quiere!” era su respuesta a la caridad de algún donante. El reposaba en la mano del amparo del alma extraña que invita con la sinceridad de abrir su puerta. Julián repartía cábalas a cambio de nada. Las puertas de las casas y de los bares de la cuchilla albergaban el sueño del silencio entrecortado por ágiles palabras., por brincos y corridas espontaneas…
Me cuentan que se paraba en la carnicería de la hoy Tomás Berreta y Ceberio, y comenzaba en la puerta a dar vueltas… De repente un monólogo fantasmagórico comenzaba.:
-Sabes bien Julián que todos los días don Pedro no te puede dar carne… No debes molestar … Pero de repente… Tal vez tenga algo… Y esta lluvia que no para…
Iba de un lado a otro mientras el carnicero lo miraba paciente.
-Joaquín, ven y pasa que tengo algo para ti
-Buen día don Pedro, que precisaba?
-Nada, solo que te lleves este pedazo de asado para el almuerzo…
-358 don Pedro, no se olvide, sale hoy!
Y así transcurrían los días cuerdos y locos pues a mi juicio, nadie está capacitado para ejercer el juicio del límite de la locura. Todos tenemos algo del “loco” Julián y del “cuerdo” Julián.
Hace unos días fui al cementerio, busque la tumba Nº350 y deposité mi flor ante una placa que lo recuerda. Hacemos acuerdo a las autoridades, que la junta de vecinos del barrio La Cuchilla, solicitó en el 2000, el nombre de una calle a nuestro querido Julián. La Junta respondió, que según el decreto Nº 3444, art 5to., deberían de pasar 10 años para que esto se pudiera plasmar. En el mes venidero, en mayo de 2010, se cumple el plazo establecido por las normas. Apelamos desde este rincón que se cumpla lo que moralmente es ineludible. Justo Suarez debe figurar en la nomenclatura de este San Carlos. Sin anteponer el valor y aporte de otros carolinos , gritamos fuerte desde este lugar: QUE SE HAGA JUSTICIA!!!
He dicho
16 de mayo de 2010 a la(s) 16:56