Poema a San Carlos (Maldonado/Uruguay)

Mi querido pueblo, ¡mi hermosa San Carlos!
A ido mudando de a poco tu semblante
Don Progreso que llega
y mira delante;
pero tú, mi hermosa San Carlos,
que por dentro llevas siempre
un humilde ropaje, simplemente,
es porque tienes tu alma de obrero,
de trucos y mates;
porque te acunan poetas,
coreutas, saltimbanques...
...y porque aún hoy, sin fatiga, en tus calles
se ve la fantástica figura de Julián,
gurises canillitas
y Amabilios Fernandez.
Cruzarán muchos lujos,
distintos caminantes el sendero que lleva
a la Quinta Medina,
al Molino Lavagna o a los viejos remates,
pero siempre tus sueños
vendrán con la cultura del pueblo avasallante;
en la humildad del artista saliente que mora 
en tu seno alegre, chispeante,
y que alienta tu calma
esa misma tu hijo, tu ambiente
la llevan dentro por siempre incambiante.
Tendrás como orgullo
tus divinas plazas y cual una horqueta
hay dos repintándote;
dos arroyos buenos como dos vigías
que miran distantes...

Mi querido pueblo, ¡mi hermosa San Carlos!
que todo lo atraes,
que todo lo abarcas como fiel amante,
seguirá llegando siempre
algún forastero o algún visitante
por esos caminos
que apuntan triunfantes hacia las orillas
bellas de los mares;
pero estoy seguro de que tú te quedas
con cierto desprecio
de rabia al mezclarse
al ver cómo cruza ruidosa riqueza
por tus viejas calles
como un latigazo que surca tu cara
para mal mofarse...
¡Déjalos que corran!
¡Déjalos que pasen!
Tú sigue soñando; soñando en silencio
tu pasada hora, tu hora galante
que junto al arrastre
sin fin de los tiempos se fueron llevando
aquellos que han ido
a esferas distantes...


Pablo Alfonso