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Miguel Casalás
"Mi humor no pretende ser ofensivo"
Miguel Casalás a sus 42 años es uno de los principales dibujantes del
país. Y un humorista riguroso que ha promovido una movida humorística
en Maldonado con la edición, desde San Carlos, de la revista "Deja
Deja" que se ha expandido a sitios como Maldonado, Pan de Azúcar y
Piriápolis. Con este taurino, casado, con una hija de seis años
también dibujante, conversamos extensamente.
Miguel Casalás apuesta al humor "con nombre propio" desde su
publicación Deja Deja, editada en San Carlos y distribuida en todo
Maldonado.
Raul Forlan Lamarque
Miguel Casalás suena relajado, muy reflexivo en su charla. Se lo nota
satisfecho por haber gestado y desarrollado un proyecto humorístico
como la revista Deja Deja desde la ciudad de San Carlos.
Pero cuando señala que su hija de seis años es dibujante, comienza a
meditar sobre los modus operandi de las dos generaciones, la suya y la
de su hija: "Yo dibujaba en base a las revistas que leía como
Isidorito y en cambio mi hija dibuja a partir de los dibujos que
aparecen en la televisión como Pokémon".
"Lo que realmente me impresiona es cómo los gurises logran captar las
imágenes, para entonces después dibujarlas. Tienen una velocidad de
resolución, que yo por supuesto no tengo y me atrevería a decir que mi
generación tampoco la tiene. En el proceso, los gurises se saltean las
revistas, la lectura de esas revistas de humor con las que se formó".
Cuando se le solicita a Casalás una posible explicación de por qué los
niños se saltean las revistas, o directamente no leen, intenta una
reflexión: "En mi opinión, creo que las revistas no están llegando a
los niños como deben o como deberían. Los niños solamente tienen a su
disposición revistas de las llamadas escolares, como Billiken o
Anteojito, Charoná, etcétera. En cambio, en la televisión hay más
diversidad y temática para ellos. El gurí no pide Charoná ni El
Escolar, entonces se saltean el asunto y agarran para el lado de las
imágenes. Y en cuanto a los libros: si no se los leen no le dan bola".
SAN CARLOS Y OBRA SOCIAL
"Actualmente soy un tipo que va y viene entre Montevideo y San Carlos.
Porque soy un individuo de San Carlos, todos mis afectos se alojan
allí. Y todo ese tema de la revista Deja Deja surge porque, de alguna
manera, yo preveía que Guambia iba a dejar de salir. Antonio Dabezies
(director de Guambia) estaba cansado y como buen capitán de barco se
hundió con la revista, no dejó la posta a los demás".
En tal coyuntura Casalás admite que comenzó "a mirar el panorama.
Empecé a volver a San Carlos, soy definitivamente de ahí. Volví a mis
afectos, me casé allí, mis mejores recuerdos de la infancia están
allí. Y Deja deja es un nombre muy particular de San Carlos, es un
voceo del propio lugar que por cierto lo identifica".
En esa dirección, la visión de Casalás generó "un proyecto que ha ido
creciendo, lentamente, y hasta que en algún momento llegó a su techo
en San Carlos. Por lo tanto, me planteé la idea de hacer llegar la
revista a Maldonado y Punta del Este. Opté por la distribución
gratuita y un sistema de suscripción porque quiero que llegue
realmente a la gente y cotejarla con el gusto de ellos. Por otro lado,
lo recaudado mediante las suscripciones, es para los Comedores de
Maldonado y la obra social de San Carlos, y esto está funcionando".
Hablando de humor, Casalás apunta: "El Interior tiene un humor muy
particular: yo diría que se trata de un humor más íntimo, donde la
mayoría se conoce y cada uno sabe los puntos que calza, sabés cómo te
enojás o no, muy de entrecasa. Respecto a eso, creo que Maldonado, San
Carlos y Punta del Este, son una trilogía importante de ciudades que
paradójicamente no se conocen mucho entre sí. La revista busca
entonces ser un nexo".
La construcción del humor capitalino, del que Casalás formó y forma
parte, es meridianamente diferente: "En Montevideo es más génerico,
agarrás clichés y lo hacés. Cada uno tiene su característica propia.
La idea es reírse un poco del otro. En el Interior la broma casi
esencialmente tiene un nombre propio y en cambio en Montevideo está
asociado más a lo general. En el Interior se puede hacer un chiste de
la esquina del barrio y todos saben de qué se trata y en Montevideo el
mismo chiste se perdería". Sobre el humor de Deja Deja Casalás apunta:
"A la gente le gusta. Este es un momento muy jodido, donde la gente
anda muy bajoneada y acceder a una publicación de humor de estas
características tiene su gancho porque lo está disfrutando".
Hay anécdotas de este emprendimiento que vale subrayar: "Me han pasado
cosas insólitas: a Deja Deja me la están pidiendo desde Piriápolis, lo
cual da la medida de que estamos en la cosa y de que la gente se
refleja en su humor".
LAS REVISTAS DE HUMOR
Momento de la evocación para Casalás: "La experiencia fue muy fecunda
por varias razones. Personalmente me dejó una gran experiencia como
dibujante y como profesional.
Y agrega, "al mismo tiempo, pasé por una cantidad de errores que se
cometieron en el andar de la revista. Esa acumulación de experiencia
me sirvió para llevar adelante mi proyecto y me dio una fuerza muy
grande para fundar Deja Deja. Fuimos creciendo progresivamente y,
despacito, tenemos la idea de ir conquistando otros departamentos: el
humor en Canelones, Paysandú. La idea final sería que la revista sea
la revista por excelencia del interior del país".
La pregunta obvia: ¿por qué el cierre de revistas tan populares como
Humor y Guambia? Casalás señala: "Yo creo que aquellas publicaciones,
sobre todo en el humor y que surgen en determinadas coyunturas (la
dictadura, por ejemplo), se ponen detrás tuyo. Era tomarle el pelo a
los militares, etcétera, a tal punto que llegás a pensarte como un
referente y por lo tanto podés perder la noción de dónde estás parado.
Si te politizás demasiado, se complica, quedás entrampado.
El humor va más allá de la política. Mad, por ejemplo, una revista de
70 años, una revista outsider, hizo un festival con Clinton, pero no
se olvidaron que el humor posee un espectro amplísimo a nivel
temático. Si te fijás solamente en lo político, terminás quedándola.
Esto es muy importante, y si polarizás la cosa, quedás sesgado. Te
meten un sello y se produce el crack". Para el dibujante "llegó un
momento que tanto Humor como Guambia pensaron que querían cosas
periodísticas y la gente estaba necesitando más humor, más cosas en
joda. Y entonces te metés en un territorio más complejo. Guambia
estaba costando, por su producción, un precio. Y mucha gente no podía
pagarla. La gente quiere humor y Guambia dejó de escuchar a la gente y
perdió sus parámetros.
Hay muchas maneras de escuchar a la gente. Guambia en su momento tuvo
una espectacular sección de correo de lectores y después dejaron de
hacerlo y seguían lloviendo las cartas. Fue un error porque era una
manera notable de escuchar a la gente y sus inquietudes".
LOS MODOS DEL HUMOR
Acerca de su rol, dice Casalás: "En principio, mi humor trata de no
ser ofensivo ni ácido. Es algo inocente que puede generar una sorpresa
en el dibujo o en la temática, que hace promover un disparador en el
lector que hace que te reías. Busca ser un reflejo de la gente. Pero
atención: en la reflexión solitaria que tiene el dibujante se
establecen los límites para no hacer concesiones".
Miguel Casalás a sus 42 años es uno de los principales dibujantes del
país. Y un humorista riguroso que ha promovido una movida humorística
en Maldonado con la edición, desde San Carlos, de la revista "Deja
Deja" que se ha expandido a sitios como Maldonado, Pan de Azúcar y
Piriápolis. Con este taurino, casado, con una hija de seis años
también dibujante, conversamos extensamente.
Miguel Casalás apuesta al humor "con nombre propio" desde su
publicación Deja Deja, editada en San Carlos y distribuida en todo
Maldonado.
Raul Forlan Lamarque
Miguel Casalás suena relajado, muy reflexivo en su charla. Se lo nota
satisfecho por haber gestado y desarrollado un proyecto humorístico
como la revista Deja Deja desde la ciudad de San Carlos.
Pero cuando señala que su hija de seis años es dibujante, comienza a
meditar sobre los modus operandi de las dos generaciones, la suya y la
de su hija: "Yo dibujaba en base a las revistas que leía como
Isidorito y en cambio mi hija dibuja a partir de los dibujos que
aparecen en la televisión como Pokémon".
"Lo que realmente me impresiona es cómo los gurises logran captar las
imágenes, para entonces después dibujarlas. Tienen una velocidad de
resolución, que yo por supuesto no tengo y me atrevería a decir que mi
generación tampoco la tiene. En el proceso, los gurises se saltean las
revistas, la lectura de esas revistas de humor con las que se formó".
Cuando se le solicita a Casalás una posible explicación de por qué los
niños se saltean las revistas, o directamente no leen, intenta una
reflexión: "En mi opinión, creo que las revistas no están llegando a
los niños como deben o como deberían. Los niños solamente tienen a su
disposición revistas de las llamadas escolares, como Billiken o
Anteojito, Charoná, etcétera. En cambio, en la televisión hay más
diversidad y temática para ellos. El gurí no pide Charoná ni El
Escolar, entonces se saltean el asunto y agarran para el lado de las
imágenes. Y en cuanto a los libros: si no se los leen no le dan bola".
SAN CARLOS Y OBRA SOCIAL
"Actualmente soy un tipo que va y viene entre Montevideo y San Carlos.
Porque soy un individuo de San Carlos, todos mis afectos se alojan
allí. Y todo ese tema de la revista Deja Deja surge porque, de alguna
manera, yo preveía que Guambia iba a dejar de salir. Antonio Dabezies
(director de Guambia) estaba cansado y como buen capitán de barco se
hundió con la revista, no dejó la posta a los demás".
En tal coyuntura Casalás admite que comenzó "a mirar el panorama.
Empecé a volver a San Carlos, soy definitivamente de ahí. Volví a mis
afectos, me casé allí, mis mejores recuerdos de la infancia están
allí. Y Deja deja es un nombre muy particular de San Carlos, es un
voceo del propio lugar que por cierto lo identifica".
En esa dirección, la visión de Casalás generó "un proyecto que ha ido
creciendo, lentamente, y hasta que en algún momento llegó a su techo
en San Carlos. Por lo tanto, me planteé la idea de hacer llegar la
revista a Maldonado y Punta del Este. Opté por la distribución
gratuita y un sistema de suscripción porque quiero que llegue
realmente a la gente y cotejarla con el gusto de ellos. Por otro lado,
lo recaudado mediante las suscripciones, es para los Comedores de
Maldonado y la obra social de San Carlos, y esto está funcionando".
Hablando de humor, Casalás apunta: "El Interior tiene un humor muy
particular: yo diría que se trata de un humor más íntimo, donde la
mayoría se conoce y cada uno sabe los puntos que calza, sabés cómo te
enojás o no, muy de entrecasa. Respecto a eso, creo que Maldonado, San
Carlos y Punta del Este, son una trilogía importante de ciudades que
paradójicamente no se conocen mucho entre sí. La revista busca
entonces ser un nexo".
La construcción del humor capitalino, del que Casalás formó y forma
parte, es meridianamente diferente: "En Montevideo es más génerico,
agarrás clichés y lo hacés. Cada uno tiene su característica propia.
La idea es reírse un poco del otro. En el Interior la broma casi
esencialmente tiene un nombre propio y en cambio en Montevideo está
asociado más a lo general. En el Interior se puede hacer un chiste de
la esquina del barrio y todos saben de qué se trata y en Montevideo el
mismo chiste se perdería". Sobre el humor de Deja Deja Casalás apunta:
"A la gente le gusta. Este es un momento muy jodido, donde la gente
anda muy bajoneada y acceder a una publicación de humor de estas
características tiene su gancho porque lo está disfrutando".
Hay anécdotas de este emprendimiento que vale subrayar: "Me han pasado
cosas insólitas: a Deja Deja me la están pidiendo desde Piriápolis, lo
cual da la medida de que estamos en la cosa y de que la gente se
refleja en su humor".
LAS REVISTAS DE HUMOR
Momento de la evocación para Casalás: "La experiencia fue muy fecunda
por varias razones. Personalmente me dejó una gran experiencia como
dibujante y como profesional.
Y agrega, "al mismo tiempo, pasé por una cantidad de errores que se
cometieron en el andar de la revista. Esa acumulación de experiencia
me sirvió para llevar adelante mi proyecto y me dio una fuerza muy
grande para fundar Deja Deja. Fuimos creciendo progresivamente y,
despacito, tenemos la idea de ir conquistando otros departamentos: el
humor en Canelones, Paysandú. La idea final sería que la revista sea
la revista por excelencia del interior del país".
La pregunta obvia: ¿por qué el cierre de revistas tan populares como
Humor y Guambia? Casalás señala: "Yo creo que aquellas publicaciones,
sobre todo en el humor y que surgen en determinadas coyunturas (la
dictadura, por ejemplo), se ponen detrás tuyo. Era tomarle el pelo a
los militares, etcétera, a tal punto que llegás a pensarte como un
referente y por lo tanto podés perder la noción de dónde estás parado.
Si te politizás demasiado, se complica, quedás entrampado.
El humor va más allá de la política. Mad, por ejemplo, una revista de
70 años, una revista outsider, hizo un festival con Clinton, pero no
se olvidaron que el humor posee un espectro amplísimo a nivel
temático. Si te fijás solamente en lo político, terminás quedándola.
Esto es muy importante, y si polarizás la cosa, quedás sesgado. Te
meten un sello y se produce el crack". Para el dibujante "llegó un
momento que tanto Humor como Guambia pensaron que querían cosas
periodísticas y la gente estaba necesitando más humor, más cosas en
joda. Y entonces te metés en un territorio más complejo. Guambia
estaba costando, por su producción, un precio. Y mucha gente no podía
pagarla. La gente quiere humor y Guambia dejó de escuchar a la gente y
perdió sus parámetros.
Hay muchas maneras de escuchar a la gente. Guambia en su momento tuvo
una espectacular sección de correo de lectores y después dejaron de
hacerlo y seguían lloviendo las cartas. Fue un error porque era una
manera notable de escuchar a la gente y sus inquietudes".
LOS MODOS DEL HUMOR
Acerca de su rol, dice Casalás: "En principio, mi humor trata de no
ser ofensivo ni ácido. Es algo inocente que puede generar una sorpresa
en el dibujo o en la temática, que hace promover un disparador en el
lector que hace que te reías. Busca ser un reflejo de la gente. Pero
atención: en la reflexión solitaria que tiene el dibujante se
establecen los límites para no hacer concesiones".